Viralizando

No es algo nuevo: desde hace años se ha creado una gran expectación en torno a lo viral. Y a estas alturas la pregunta que seguimos haciéndonos es: ¿qué hace que un contenido se convierta en una sensación mundial? ¿Cómo podemos lograr generar recurrentemente los vídeos más virales, las fotografías más virales o las noticias más virales? Esta es una pregunta difícil. La única certidumbre, quizá, es que hay pocas personas u organizaciones que exhiban el arte de generar contenido viral sistemáticamente.

Compartir el contenido online es una componente cotidiana de la vida actual. A diario envíamos noticias de prensa a compañeros (noticias que se convertirán en noticias virales), vídeos de YouTube a familiares (videos virales) y opiniones de la última película que hemos visto o el último hotel en el que hemos descansado un fin de semana a amigos. A pesar de que es evidente que la transmisión social es tanto regular como crítica, no se reflexiona en exceso sobre por qué ciertos elementos de contenido son más populares que otros. Ciertas noticias (sobre todo noticias de tecnologia) alcanzan en cuestión de minutos la posición de la más leída del día. Otras apenas acumulan una docena de lecturas. Vídeos virales que suman cientos de millones de visualizaciones y fotografías virales que se comparten por doquier vs elementos de naturaleza quizá no muy diferente que no salen de anonimato más profundo. ¿Es acaso la viralidad un fenómeno intrínsecamente irregular como muchos sostienen o existen patrones que nos pueden permitir anticipar si un contenido dado llegará a alcanzar el status de viral?

 

Es sabido que el éxito de las redes sociales online depende en gran medida de su capacidad para generar contenidos susceptibles de ser compartidos (contenido viral). Medios sociales como Facebook y Twitter son tecnologías creadas como plataformas de contenidos que faciliten su viralización.  Pero la plataforma en sí no es suficiente. Si deseamos crear de manera sostenda en el tiempo contenidos que la gente comparta, y ampliar su alcance y llegada, resulta imprescindible comprender por qué tendemos a compartir ciertos contenidos y no otros.

Que un contenido llegue a convertirse en viral (videos virales, noticias virales, fotos virales), depende totalmente de los efectos o el nivel de activación inducida. Se ha establecido que la viralidad es impulsada en gran parte por la activación fisiológica. Hablamos de contenidos capaces de generar una alta emoción bien positiva (asombro), bien negativa (disgusto o nerviosismo).  Por el contrario, aquellos contenidos que producen una baja excitación o desactivación (por ejemplo, la miseria) son por lo general menos virales.

Un apunte interesante: el contenido positivo edificante parece tener más posibilidades de conseguir ser compartido y convertirse en viral. Sin embargo, si nuestra expectativa para viralizar es generar tráfico para fines comerciales, probablemente resulte más eficaz centrarse en contenido útil y práctico que active altas emociones de excitación.

Bienvenidos a Vídeos, Noticias, Fotos y Contenido Viral.